Un regalo

Sr. S… Le diré que estoy cansada… que siquiera logro hallar el sendero y recuerde usted que ya llevo mucho tiempo… pero aún me resulta imposible saber por dónde es que se ha metido… mi querido, le diré que todo salió tal cual como lo predijo, que más que un escritor usted es un brujo, de esos que miran la mano y predicen futuro… hoy le hablare sin muchos rodeos, porque directo siempre ha sido el mensaje que más me ha gustado, que todo es más complicado, que pretenden alejarnos, porque ignoran que su apellido va después de mi nombre desde hace mucho, que mi corazón está lleno de usted, que cada esquina en donde me asomo, cuando hago esos viajes al más aquí, como dice, lo encuentro, lo siento e incluso puedo olerlo cuando me despierto soñándolo… que yo no sé si sea amor, pero debe parecerse bastante, aunque lo mío no sean precisamente mariposas, sino aves gigantes como prehistóricas, lo que en mi estómago vuelan cuando lo recuerdo, todo es demasiado con usted, que siquiera consigo respirar tranquila, que ando de tumbo en tumbo, con el llanto cortado, con una línea interminable de puntos suspensivos que hace mucho deje de contar… y aunque el desanimo muchas veces me gane la partida, es su amor como un comodín el que guardo, para aquellos días desolados en los que me arrepiento de todo y no siento nada… de esos días en los que su ausencia se clava tan hondo, que si quiera logro decir algo…

… Que ya nada volverá a ser como antes me digo, a lo que respondo: acaso sabes lo que pasara mañana?... no, no se… entonces no digas nada…